Diferencias entre el café arábica y el café robusta
El cafeto es el arbusto del que se extrae el café, pero no todos los arbustos son iguales y tampoco todos los cafés. A pesar de que hay muchas variedades, son dos las que habitualmente se usan para elaborar el café que tomamos en las cafeterías o en casa: el café arábica y el café robusta.
Aunque la variedad arábica es la más valorada, porque produce una café más aromático y fino, el café robusta marcas como Bonka lo utilizan para elaborar sus propias mezclas y producir cafés de gran calidad.
Diferencias entre estas dos variedades
Las diferencias entre estas dos variedades son numerosas, algunas de las cuales se ven a simple vista y otras se aprecian al paladearlo.
En grano
La primera diferencia y la más visible es la forma de los granos. Si colocamos un grano de variedad arábica al lado de uno de robusta observaremos que el de arábica tiene una forma más aplastada y alargada y la línea que lo atraviesa de arriba abajo es curva, en forma de “S”.
Los granos de robusta, en cambio, son más redondeados y la línea que los atraviesa es recta.
Origen y producción
El origen geográfico de las dos variedades también es diferente. El robusta, café que proviene de África occidental, es más resistente que el arábica y su producción es mucho más barata. Puede cultivarse en plantaciones a menor altitud que el arábica y la producción por metro cuadrado es mayor. Actualmente se cultiva sobre todo en el sudeste asiático, siendo Vietnam el principal productor.
En cambio, el café en grano arábica requiere de unas condiciones climáticas muy concretas, marcadas por su cultivo a una altitud entre los 900 y los 2.000 metros sobre el nivel del mar y con unos parámetros de temperatura y humedad determinados. Originario de Etiopía, el sudeste del Sudán y el norte de Kenia, también se cultiva en América Latina.
Bonka fomenta las buenas prácticas en el cultivo del café promoviendo una agricultura responsable, apoyando la mejora continua de los agricultores y sus familias, aspecto que cobra mayor importancia a causa del cambio climático y sus consecuencias sobre el cultivo del café.
La cafeína
Las diferencias entre las dos variedades también están presentes en los niveles de cafeína. El café robusta se caracteriza por tener una concentración de cafeína casi el doble que el arábica. Mientras que en el robusta oscila entre el 2 y el 4%, en el arábica se sitúa aproximadamente entre el 0,7 y el 1,5%.
Esta característica influye en la producción, ya que convierte el robusta en una variedad más resistente a las plagas e insectos que habitan en las plantaciones.
El aroma y el sabor
La cafeína también repercute en el sabor y en el aroma. El robusta es mucho más amargo, con un aroma terroso y con tendencia a dejar la boca áspera y seca.
En cambio, cuando degustamos una taza de café 100% arábica notamos un café mucho más delicado, con una variedad de aromas que van desde el dulce-suave al fuerte-palpable y que nos deja en el paladar una sensación ácida con un toque de chocolate.
De todas formas, arábica y robusta son utilizados en la elaboración de cafés de excelente calidad. Por ejemplo, algunas variedades de robusta son de mayor calidad que otras y son muy valoradas para café espresso, por su aroma y cremosidad.
El más valorado
El arábica es conocido también como grano de café gourmet y se asocia a un concepto de calidad superior. Las mezclas de mayor calidad suelen ser de café 100% arábica natural, como Bonka gran puro arábica, un café de cuerpo delicado, con intensas notas aromáticas, cítricas y afrutadas.
Ahora bien, el café robusta de alta calidad suele ser tan bueno como el arábica de baja calidad. Es el que suele utilizarse para la elaboración de mezclas de excelente espresso.
Para todos los gustos
Cada persona tiene unas preferencias particulares a la hora de degustar un buen café. Hay a quien le gusta más suave y cítrico o quien prefiere un café con cuerpo y mucho aroma.
Para satisfacer diversidad de demandas encontramos diferentes mezclas de café arábica y robusta. Según la combinación, mayor cantidad de uno o de otro, nos dará un café más o menos aromático, más o menos fuerte o con mayor o menor cuerpo.
Para apreciar todos los matices y características organolépticas de un buen café, la opción mayoritaria se decanta por un café natural arábica.
Si por el contrario, te gusta saborear un buen café cremoso, con cuerpo y aroma fuerte será mejor que te decantes por una combinación de café robusta y arábica como Bonka Molido Extrafuerte para cafeteras italianas.
El café robusto de calidad alta o un café elaborado con una mezcla en la que predomine el robusta sobre el arábica es una buena opción por las mañanas, si lo que buscas es una inyección de cafeína que te ayude a empezar con energía.
De todas formas, la variedad de café arábica natural es la más demandada. De hecho, representa un 60% de la producción mundial mientras que más del 30% de las plantaciones del planeta son de robusta.
Las opciones para preparar un café de calidad son muchas y diversas, todo depende de las costumbres culturales, de la cafetera que utilicemos y, sobre todo, de los gustos personales de cada uno.