La gran guía del café de Colombia
El café de Colombia es una referencia cuando hablamos de café. Tiene fama de ser uno de los mejores cafés del mundo y, de hecho, muchas personas viajan al país para probar sus cafés de alta calidad.
El café en Colombia: casi tres siglos de tradición
La relación entre café y Colombia se remonta al año 1730, cuando los jesuitas empezaron a cultivar café en el país. Un siglo después se inició la exportación de café y en 1870 ésta pasó de 60.000 sacos a 600.000. A finales del siglo XIX, el café ya era la principal fuente de entrada de divisas en Colombia en lo que se refiere a productos de exportación.
El origen de esta rápida expansión se atribuye a un sacerdote jesuita de un pueblo del noreste de Colombia. Según cuenta la leyenda, Francisco Romero imponía a sus fieles que sembraran café como penitencia para redimir sus culpas.
A raíz de esto, la producción se expandió a otros departamentos hasta alcanzar las elevadas cifras de producción y exportación de finales del siglo XIX.
Características de los cafés colombianos
Los cafés colombianos tienen unas características muy especiales que los diferencian del resto de cafés.
De entrada, Colombia puede parecer un país más homogéneo que otros productores de café porque todas las marcas de café colombiano producen solo café de la variedad arábica, siguen el proceso de lavado como método de despulpado del café y la mayor parte del café que se produce en el país crece como cultivo a la sombra.
En general, el café colombiano es conocido por su aroma pronunciado, acidez, cuerpo medio-alto y limpieza. El mejor café colombiano se suele describir como equilibrado y suave. Una buena muestra de ello es el café Puro Colombia de la gama Premium de Bonka, un café de cuerpo medio y aromático que conserva un sabor perdurable en el paladar.

Ahora bien, dentro de Colombia hay cuatro zonas claras de cultivo: la norte, la sur, la central y la oriental. Cada una de estas zonas ofrece un perfil distinto en taza. Así, pese a ser todos cafés de Colombia, los hay con notas de dulce, nuez y chocolate, florales o frutales.
La calidad: sello de identificación
En Colombia el café es una forma de vida. Un 5% de la población vive de la producción y comercialización del café.
La altitud geográfica en la que se encuentran ubicadas la mayoría de las fincas colombianas ha dificultado la mecanización excesiva del cultivo de café en el país. Gran parte del café se cosecha a mano solo cuando alcanza el punto de maduración correcto y se limpia seguidamente para evitar que el mucílago (capa gelatinosa que recubre la semilla) impregne los granos.
Altitud y lavado inmediato son dos de los factores que le dan un valor diferencial a la producción y gracias a ellos podemos calificar el café colombiano como el mejor del mundo.
Denominación de Origen (DO) Café de Colombia
El café de Colombia cuenta con DO desde el año 2005. La DO permite distinguir y proteger el café de Colombia de otros productos similares que se producen en otras regiones del mundo.
Las características que nos permiten afirmar que el café colombiano es el mejor del mundo son atribuibles a factores como el suelo, la altura en que se cultiva y al proceso de recolección con un alto componente manual que realizan los productores.
Además de la DO Café de Colombia, actualmente hay reconocidas 6 regiones con denominación de origen protegidas (Cauca, Nariño, Huila, Santander, Tolima y Sierra Nevada) gracias al trabajo de la Federación Nacional de Cafeteros, una entidad sin ánimo de lucro que vela por los intereses de los cafetaleros colombianos.

Y para acabar de certificar el vínculo entre la calidad del buen café colombiano y su origen, desde el año 2007, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia logró que la Comisión de la Unión Europa reconociera el café colombiano como una Indicación Geográfica Protegida (IGP).
La IGP es una garantía más que permite a los productores y distribuidores de café colombiano garantizar la autenticidad de su producto y el cumplimiento de los estándares de calidad propios del café colombiano, el mejor del mundo.
La Federación Nacional de Cafeteros (FNC)
En el año 1927 los cafeteros colombianos se unieron con el fin de crear una organización que los representara tanto a nivel nacional como internacional y que velara por su bienestar y su calidad de vida.
Entre las atribuciones de la FNC se encuentran el garantizar a los cafeteros la compra de su café al mejor precio base de mercado, la investigación y transferencia de tecnología a los cafeteros contribuyendo a la rentabilidad de la producción y al bienestar de las comunidades, promover el consumo del café colombiano y, por encima de todo, garantizar la calidad de los mejores cafés colombianos.
El café de Colombia tiene un nombre: Juan Valdez
Los mejores cafés colombianos se reúnen bajo la marca “Café de Colombia”, personalizada desde 1960 bajo la figura de Juan Valdez y su mula Conchita.
Juan Valdez fue una iniciativa pionera de la Federación Nacional de Cafeteros para representar al productor de café colombiano y su amor a la tierra y al café que produce.
La idea de la historia de Juan Valdez fue realmente innovadora, ya que en la época en la que surgió, la oferta de café de calidad era muy limitada. Además, en aquellos momentos era inconcebible que un grupo de productores de un país como Colombia pudiera realizar campañas de publicidad de tanto alcance en mercados como el norteamericano o el europeo.
Gracias a la figura de Juan Valdez y a la personalización del café de Colombia, las mejores marcas de café colombiano han sido conocidas a nivel mundial.
Degustar un buen café de Colombia
Para los colombianos, y para mucha gente en el resto del mundo, el café es compañero esencial en las jornadas laborables, las reuniones sociales o los momentos de relax, individuales o colectivos.
Si nos gusta el café y compramos un café 100% colombiano tenemos el placer asegurado. El café de Colombia es ácido y suave, más claro y brillante en taza que otros cafés.
Lo podemos tomar en casa o fuera. Si lo preparamos en casa, lo mejor es comprarlo en grano y molerlo justo en el momento de la preparación. Así nos aseguramos de conservar todos los aromas del café de origen.

Luego ya es cuestión de utilizar la cafetera que tengamos a mano. El café de Colombia es idóneo para cualquier tipo de cafetera: expresso, Chemex, de goteo o de prensa francesa.
Pero, sobre todo, debemos respetar la regla de oro a la hora de deleitarnos con un buen café de Colombia: debemos hacerlo y tomarlo al momento, ¡nunca recalentado!